lunes, 2 de febrero de 2015

Colombia

Durante un mes recorrí Colombia con la mochila a la espalda sin más programación que las sensaciones que me transmitía cada lugar. Decir que Colombia me sorprendió es poco, me asombró la espectacularidad de sus paisajes, desde la costa caribeña a las cimas de los volcanes; desde la cosmopolita Bogotá hasta las ciudades coloniales como Cartagena, Popayán o Leyva; desde las onduladas plantaciones cafeteras hasta los yacimientos arqueológicos de Tierradentro o San Agustín.
Colombia es una tierra caliente, no por el calor húmedo de sus tierras bajas, ni por la sensualidad a flor de piel de sus gentes, sino por la hospitalidad que me ofrecieron allá por donde pasé.















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